Ayer encontraron muerta a Candela Rodriguez. La niña de 11 años estuvo secuestrada por nueve días y cuya desaparición movilizó a todo un país que hoy está de luto.
No quiero ahondar en los detalles de este terrible crimen que nos horroriza a todos, sino que quiero poner la mirada en todas las cosas que se observan en la sociedad argentina a partir de este hecho.
Está claro que la primera sensación que nos deja el homicidio de Candela es de dolor y horror al vernos enfrentarnos con la peor de las miserias humanas. Este crimen (que no es el primero de su estilo) es el fiel reflejo de un país herido por muchísimos problemas estructurales como la pobreza, la injusticia, la falta de seguridad, la indiferencia y el "ojalá que no me pase a mi". Lamentablemente ya no podemos ignorar que esto SI nos puede pasar a nosotros, a nuestras hijas o hermanas, y nos obliga a pensar en que tenemos que CAMBIAR EL MUNDO que nos rodea (como escuche decir a alguien hace poco). Los argentinos nos acostumbramos a no hablar de las cosas que son "politicamente incorrectas", pero hoy tenemos que volver a hablar en las mesas de los hogares de politica, de un "proyecto de país", de religión y empaezar a involucrarnos para ser participes del cambio.
Aunque esto parezca una mirada lúgubre sobre el contexto actual, quiero decir que a pesar de todo tengo esperanza.... la Argentina me llena de esperanza. A pesar del horror vivido con este crimen, también salieron a la luz muchísimas cosas de gran valor: la solidaridad, la empatía con la familia, la movilizacion de un país entero para encontrar a una niña y por sobre todo el fin de la indiferencia.
Esperemos que los argentinos tomemos el aprendizaje (que tan alto costo tuvo) para empezar a involucrarnos en un proyecto de país donde se empiecen a tratar los problemas estructurales.
Argentina, no pierdas la esperanza!!