Camino solo en las noches,
a veces corro.
Busco luces que se derraman en la calle,
contando las historias de quienes las prenden.
Ventanas anónimas me dejan entrever
vidas robadas en pequeñas porciones.
Familias que comparten el pan del día,
fruto de su cansancio cotidiano.
Problemas, peleas, abrazos y risas.
Dejanse ver a través de empañados cristales.
La joven pareja queriéndose como refugiar,
en el neófito amor conyugal.
Irradian pasiones, envidias provocan,
desgastándose cada día en la cotidianeidad.
Una muchacha solitaria fumando con la mirada perdida,
soñando con blancos tules y marchas nupciales.
Enferma de soledad, esperando a quien la rescate.
Ancianos olvidados que esperan visitas.
Niños que juegan, que gritan y se pelean.
Intermitentes destellos de televisores.
La gente que ama con las luces apagadas.
Así siempre miramos,
el menú que la vida en las ventanas exhibe.
Esperando encontrar detrás de alguna de ellas,
alguien que apague esta ardiente inquietud.
Mientras tanto camino y a veces corro.
Buscando en las ventanas, siempre buscando.
Milo Ferre
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